“Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz”.
JuaN 12:351
. Pasa el tiempo más rápido que nuestro pensamiento, ya se nos va el primer mes de este nuevo año. Que fue posible poner en marcha en enero, o aún estás pensando qué y cómo hacer. El hombre prevenido “El que es inteligente ve el peligro y lo evita; el que es tonto sigue adelante y sufre las consecuencias”. Proverbios 22:3.
Mucha gente dice: “Si lo hubiese sabido”, el lamentarse por un hecho que es fruto de la negligencia por no haber hecho lo correcto. Diariamente somos el resultado de lo que hicimos o dejamos de hacer.
Un hombre, cansado de una larga jornada de cosecha, cuando va a tomar el descanso, mira el cielo y ve que la lluvia está próxima sobre su cosecha, una era descansar y mañana cubrir los granos para protegerlos, la otra cubrirlos ya, para evitar pérdidas, se decidió por esta última, la cual tuvo recompensa, cuando despertó llovía, tranquilo porque había hecho lo necesario, y la lluvia impedía trabajar, pudo dormir y descansar por más tiempo. El que se adelanta a los hechos, es sabio, el que los pone en práctica estará satisfecho consigo mismo.
Oramos: Dios, por esta razón admiro tu grandeza y sirvo; porque no solamente tú nos das las herramientas para trabajar, sino que nos instruyes a través de la sabiduría de cómo debemos hacerlo. Amén.
Dios puede operar en una persona en tres áreas, además de muchas otras; Inteligencia, conocimiento y sabiduría, ¿Cuál es la mejor? Las tres son indispensables: inteligencia es la habilidad de conocer y comprender y asociar conceptos. Conocimiento es la información que hemos adquirido. Sabiduría es la capacidad que Dios nos ha dotado de poner en práctica y aplicar con cordura los conocimientos que hemos adquirido, para beneficio propio y de los demás.