“Yo no anuncio la buena noticia de Cristo para sentirme importante. Lo hago porque así Dios me lo ordeño. ¡Pobre de mí, si no lo hago!”. 1 Corintios 9:16.
Es hora de llevar a cabo todas las labores que tenemos como cristianos, principalmente compartir el mensaje de Dios, ganar almas para El, es muy importante predicar, no podemos quedarnos callados con semejante obra hecha en la cruz, en todo tiempo hablemos de Dios, pensemos que llegara el día que Él nos pedirá cuenta de esas personas que pudieron salvarse y no le conocieron porque no le predicamos, imaginemos lo maravilloso que sería estar en el cielo con las personas que más amas y la sonrisa en el rostro de Dios por hablarle aun a las personas que nunca imaginamos.
No neguemos a Jesús, que todo el mundo se entere que tenemos un Dios grande y poderoso, pero no solo por aparentar, si no que esas personas se contagien de su amor, aprovechen el mejor de los regalos; la salvación. Hay tantas almas perdiéndose, dolidas, sufriendo por muchas razones, atadas, frustradas, tenemos que condolernos por ellas, tener compasión, aunque no le conozcamos acerquémonos y dejémosle el mejor de los mensajes, el que viene del cielo, así como también alguien fue usado por Dios para dejar esa semilla en nuestro corazón, aprovechemos cualquier oportunidad, si vamos caminado por la calle, si vamos en algún medio de trasporte, en el trabajo, en la escuela, la universidad, en tu casa, etc. no nos limitemos a hablar de Dios solo con los hermanos de la iglesia, pues ya ellos conocen.
Oramos: Dios, la paz que sobrepasa todo entendimiento deseo que repose en mí corazón todos los días, para hacer tu perfecta voluntad, aunque el mundo siga minando mi vida, me mantendré en santidad solo para ti, ser un ejemplo y columna fuerte en la casa de Dios, amen.
Las palabras pueden sonar muy bonitas, pero se las lleva el viento, procura que tu actitud también refleje a Cristo, no seamos como dice el dicho; “predicar y no aplicar”. Es importante que tus palabras estén acompañadas de acciones dignas de un hijo de Dios.