“En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones. Y él reunió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó alimento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores. Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número. Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre. Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción”. Génesis 41:47.
Dios guio al escritor del libro del Génesis para que revelara la verdad sobre la mayoría de las áreas de la cautivante vida de José, permitiéndonos ver cómo era en realidad el hombre por dentro, e incluso lo que pensaba, y podernos resumirlo en una frase: Tenía un corazón humilde delante de Dios. ¿Por qué añade el escritor estos detalles? En primer lugar, porque quiere que sepamos que José fue monógamo.
No cayó en la trampa de la poligamia, como tantos que estaban a su alrededor, incluso dentro de su propia familia. Tuvo una sola esposa, y esta le dio dos hijos. En segundo lugar, y más importante aún, el escritor quiere que nos demos cuenta del significado que se halla en los nombres de los hijos de José.
Ambos nombres son un juego de palabras. La nota al pie de página de la Biblia Reina-Valera Actualizada dice, refiriéndose a Manasés: “La palabra en hebreo suena parecida a la que significa olvidar.” Y refiriéndose a Efraín dice: “La palabra en hebreo es parecida a la que significa ser fecundo”.
Oramos: Dios, hoy los cielos se abren sobre mi vida, porque el perdón será norma en mi vida para deshacer todo lo que ata y esclaviza mi vida, soy libre en JesuCristo, amen. Perdonar, es vivir, llamar el gozo, revivir, salir del desierto, dejar atrás una etapa triste y dolorosa, el perdón es una puerta que se abre a buenas nuevas.