“Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa”. 1 Crónica 12:18.
Hay tres casos en los que la biblia nos dice que el Espíritu Santo se vistió de alguien, uno de estos casos fue Gedeón (Jueces 6:34) quien fue usado por Dios para derrotar a los madianitas, el segundo caso fue Zacarías hijo del sacerdote Joiada (2 Crónicas 24:20) quien valientemente le declaró al pueblo su pecado.
Pero el tercer caso es particular, puesto que Amasai pertenecía a la tribu de Benjamín, casa de Saúl, y por lo tanto el rey David no sabía las intenciones con las que éste venía ante él.
Dios tiene sus planes, Su voluntad está determinada para levantar y llenar vasijas con su presencia, para que irrumpan en el mundo como luminares, cual antorcha mucho fuego arderá, multitud los verán y serán alcanzados.
Dios está buscando creyentes con un corazón como el de Amasai, fieles escuderos que defiendan a sus pastores de todo tipo de ataques, que se levanten en oración cada día y mucho más en los momentos difíciles del ministerio.
Una simple mirada al cielo, al monte de Dios, de donde proviene todo lo que se necesita para ser aquello que el Creador busca en sus creados.
Oramos: Padre que tu Espíritu repose sobre mí, mi vida entera está entregada en tus manos, haz de mí como conviene, amén.
Si quieres ser un verdadero escudero de tus pastores, el Espíritu Santo se vestirá de ti, y hará cosas asombrosas.