“Así será a tu alma el conocimiento de la sabiduría; Si la hallares tendrás recompensa, Y al fin tu esperanza no será cortada”. Proverbios 24:14.
Observar la naturaleza, nos muestra lo que sucede con cierta prioridad, las hojas caen en otoño, las aves emigran dos veces al año, peces que hacen un largo viaje para desovar, el hombre que mira y no entiende que detrás de todo hay alguien que rige los principios universales.
De todo tu trabaja con que te afanas debajo del sol, ¿Para quién trabajas? Si guardas y no puedes llevar, ¿De quién será? Si generas y otro lo disfruta, en vano trabajaste, para el extraño fue tu sacrificio. Solo hay una manera de orar segura, y saber que trabajarás para el mejor Jefe.
Jesús enseñó que debemos pedir que se constituya el Reino de Dios en nuestra vida, en todo lo que tocamos, en la propiedad. La única seguridad que tiene el hombre es confiar en el brazo fuerte de Jehová.
Todas las demás cosas, que pueden ser importantes e imprescindibles para uno, son secundarias para Dios, porque son el resultado de la añadidura por buscar el Reino. Si Usted toma la iniciativa de cambiar la ecuación de su vida, y se entrega con todo el corazón y toda su alma y fuerzas y energía a buscar el Reino de Dios y su Justicia, entonces, Usted se ha dedicado a las cosas de Dios, como contra partida ha descuidado lo suyo; eso produce que se active en su persona la mano de Jehová el Señor, Padre amoroso que lo sorprenderá todos los días, “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días”. Salmo 23:6.
Oramos: Padre, hoy vengo a ti pido que venga tu Reino, lo establezco sobre mi persona, familia y todos los bienes que me haz confiado para administrar, la tierra donde vivo y te sirvo, que tu Justicia se establezca en este territorio, bendíceme para alcanzar mi ciudad con tu Reino y Justicia, en el nombre de Jesús, amén.
Emprenda grandes cosas para Dios, glorifique al Rey de reyes y Señor de señores, porque a su tiempo cosechamos.