La Biblia dice: “Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos; Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán. Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres”. Proverbios 3:1.
Todos desean vivir mucho en esta tierra, y Dios también se expresó al respecto.
Mantenerse activo en Dios y vivir de acuerdo a la Palabra de Dios, aplicando la fe y sanidad de nuestra alma, dedicando tiempo a comer el cuerpo y la Sangre de Jesús, (Es verdadera comida) hace que el buen Dios esté en nuestra vida.
La vida de un hijo de Dios es dinámica, alegre y enriquece el ser, prolonga el bienestar, porque Jesús murió y resucitó, venció la muerte y el hades, nos coronó de favores y misericordias.
“Largura de días está en su mano derecha; En su izquierda, riquezas y honra”. Proverbios 3:16.
Los beneficios son muy interesantes, los deberes más aún, “Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala”. 1 Pedro 3:10.
Las manos y la boca son indispensables para alcanzar lo que Dios ha determinado, la santidad de todo el ser, intenciones, miradas, acciones, gestos, insinuaciones, calumnias, y muchas más, son parte integral de una vida rendida a los pies de Cristo, que ha tomado la cruz, emprendido el camino de la vida y alejado el mal. Largura de días es tomar la iniciativa de la santidad como norma, una forma de vida, la santidad se debe reflejar a flor de piel, como una actividad interior que brota hacia afuera.
Ser santo es vivir en luz, ser coronado de la bienaventuranza de los santos, regocijarse en la verdad, pureza como una forma de no tolerar el pecado.
Oramos: Señor, venga tu reino a mi vida, deseo que la vida se desencadene en mi ser, tu presencia se potencialice y la esperanza de una plenitud de vida en Ti se vivifique, amen.
Mira hacia atrás tu vida, ¿Qué ves? Mira hacia el futuro tu vida, ¿Ves un panorama distinto? Aún la esperanza debe ser activada, la Palabra de Dios aplicada y vivida diariamente.