“También les dijo: El sábado por causa del hombre es hecho; no el hombre por causa del sábado”. Marcos 2:27.
El nombre domingo proviene del latín dies Dominica que significa día del Señor, debido a la celebración cristiana de la Resurrección de Jesús.
Dios no necesita que nosotros pongamos por obra el respeto del día de descanso porque Dios lo quiere, lo real es la necesidad del hombre, por su naturaleza de tener un día cada seis, para ordenar la mente, cerebro, recuperar la energía mental y espiritual que se desgasta.
El hombre necesita un tiempo de veinticuatro horas para reordenar y acomodar su ser para afrontar otros seis días y así sucesivamente, dentro de esta necesidad, lo vemos a Jesús y sus discípulos asistiendo al templo o a la sinagoga. Cuando utilizamos este día fuera de su propósito, como para viajar, o descansar a nuestra manera, el lunes notamos un terrible cansancio.
En el culto nos conectamos con Dios, lo adoramos, cumplimos nuestros votos, nutrimos espiritual y mentalmente, nos sanamos y estamos listos para afrontar otros seis días. Muchas de las dificultades que hoy tenemos es la falta del reordenamiento del ser con un día de descanso.
Este día también es importante para meditar en la Palabra del Señor, ubicar el centro de nuestra atención en el Señor para enfocarnos, tener en cuenta que mi ser lo necesita.
Oramos: Señor tú traes sobre mí la Palabra, la obedezco y veo el torrente de tu gracia que nunca se acaba, porque sé donde tú lo entregas, amén.
Si Jesucristo es el Señor de tu vida, harás todo lo que la Palabra ordena, sin murmurar y con alegría. Hoy prepárate para otros seis días de éxito.